Hoy cuando nuestros peques han entrado en sus aulas han alucinado: «¡Vaya sorpresa más chuli!» – decía Daniel todo el rato.
La clase se había convertido en un campo de vendimia. Al principio, no sabían qué hacer con cada uno de esos racimos o uvas sueltas, así unos se quedaban mirando, otros corrían alrededor hasta que el más valiente se ha animado a llevarse una uva a la boca.
Después ha ido todo rodado: unos pisaban, otras comían, algunos llenaban la cesta de la compra, como hacía Laura y Darío, y algunas simplemente se quedaban observando lo que hacían los demás.
Risas, muchas risas y sonrisas, mucha sorpresa y mucha emoción se ha respirado esta mañana en la escuela infantil.
¡UNA VENDIMIA MUY DIVERTIDA!